El código de conciencia

Lidere con sus valores. Impulse su carrera

El código de conciencia

Lidere con sus valores. Impulse su carrera

Las conductas deshonestas, inmorales, poco éticas e ilegales plagan las empresas. En esta poderosa llamada a la acción moral –que surge de su curso de posgrado en la prestigiosa Wharton School de la Universidad de Pensilvania– el profesor G. Richard Shell ofrece 10 reglas para ayudarle a defender sus valores. Sus ejemplos muestran que cuando se aleja de la integridad y se evade la rendición de cuentas, se erosionan los cimientos morales de las personas. Shell evalúa el daño que la deshonestidad ocasiona a las instituciones y a los individuos, y el valor que el comportamiento honesto y moral les aportan.

Muchas empresas estadounidenses tienen dificultades en cuanto a la ética y la integridad. Para hacer negocios de forma correcta, siga 10 reglas.

En un año normal, más del 40 % de los trabajadores de Estados Unidos son testigos de un comportamiento poco ético o ilegal. Aproximadamente uno de cada cuatro empleados afirma que sus supervisores los presionaron para conducirse de manera poco ética o ilegal.

“Para ser una persona de conciencia en el trabajo, debe aceptar cierto riesgo de que los corruptos ganarán y usted, temporalmente, perderá.”

Las culturas corporativas robustas y los programas de cumplimiento sólidos ayudan a mitigar los problemas acaecidos por una conducta inmoral, aunque en las empresas más grandes esas iniciativas pueden perder fuerza con el tiempo.

Apéguese a las siguientes 10 reglas en su lucha por lo que es correcto:

  • Afronte el conflicto – Para encontrar soluciones debe identificar los problemas.

Muchos líderes empresariales que insisten en que priorizan una cultura ética se quedan cortos, mientras que los empleados que defienden sus creencias demuestran carácter y compromiso, e inspiran a otros. Las acciones y comportamientos éticos cotidianos, como negarse a ignorar la discriminación o el acoso, ayudan a prevenir la corrupción.

“El primer paso para resolver cualquier conflicto sobre valores es encarar –en lugar de ignorar– tal conflicto.”

Para salvaguardar las normas:

• Identifique la norma que se está infringiendo – Nunca ignore los comentarios sexistas, la intimidación o la manipulación intencionada de datos. Usted está éticamente obligado a proteger a sus colegas y a obedecer sus instintos.

• Comprométase a encontrar una solución – Las personas pueden no actuar de forma ética porque racionalizan su comportamiento, evaden el conflicto o creen que es una batalla perdida.
• Considere las consecuencias – ¿Cuáles son las posibles ramificaciones de apoyar a una u otra parte?
¿Tiene una estrategia para vivir con su decisión?

• Decida cómo avanzar – Determine con qué tomador de decisiones hablará y qué posibles opciones tiene si eso falla. Es posible que tenga que buscar la solución fuera de su organización.

Desafiar al sistema suele tener repercusiones. Acepte la posibilidad de que a veces los malos ganan.

2. Comprométase con sus valores – Se necesita coraje para dar la cara.

Sus valores conforman su visión del mundo y su forma de vida. La lista de valores es ilimitada, pero cinco –compasión, respeto, responsabilidad, justicia y verdad– detonan los conflictos más importantes. Su respuesta emocional a las disputas de la vida real revela los valores que más aprecia.

“Es más fácil mantener sus principios el 100 % del tiempo que mantenerlos el 98 % del tiempo. ( – Clayton Christensen)”

La culpa y la vergüenza pueden impulsar el cumplimiento ético. Usted a menudo toma decisiones morales en función de qué tan culpable cree que se sentirá si no hacer nada asegura un resultado desafortunado. La vergüenza puede ser más poderosa que la culpa porque implica humillación. En organizaciones corruptas, el miedo a la vergüenza fomenta que los líderes perpetúen un círculo vicioso de engaño.

3. Conozca a su enemigo – Prepárese con antelación para los desafíos éticos.

Cómo reaccione ante un desafío moral repentino puede definir su carácter durante mucho tiempo. Al igual que los soldados que se preparan para el combate con juegos de guerra, prepárese psicológicamente para defender sus principios antes de que se produzca una crisis.

“Su carácter se ve influido por el comportamiento de quienes lo rodean, así que preste atención a los valores de las personas con las que trabaja o interactúa socialmente.”

Los siguientes factores hacen que la gente decente se comporte de forma deshonrosa:

• El mal comportamiento se convierte en una norma de grupo – Los equipos unidos en un objetivo común desarrollan normas de comportamiento que se convierten en procedimientos operativos estándar entre compañeros. Dependiendo de los valores de los líderes, los procedimientos operativos estándar pueden ser virtuosos, poco éticos o una combinación de ambos.

• Seguir órdenes – Independientemente de la autoridad de quien le dé órdenes, debe decidir si seguir esas órdenes viola su código moral.

• Recompensas equivocadas – Las empresas suelen fomentar la corrupción a gran escala cuando ofrecen a los empleados incentivos por el cumplimiento de metas de ventas poco realistas. El profesor de Wharton Maurice Schweitzer descubrió que a medida que las personas bajo presión se acercan a un objetivo formidable, tienen un mayor incentivo para fabricar datos.

• Roles sociales – Las personas adoptan comportamientos, como seguir órdenes, que se alinean con sus roles sociales específicos.
• Todo el mundo lo hace – Esa filosofía sistémica, ampliamente extendida, normaliza las prácticas sin
escrúpulos. Reformar un sistema así puede requerir unir fuerzas con colegas comprometidos y valientes.

4. Invoque su carácter – Actúe con valor a pesar de cualquier recelo.

La gente asume erróneamente que solo los héroes son valientes. La valentía significa evaluar el riesgo y defender sus principios a pesar de sentir miedo y ansiedad. El carácter es más fácil de desarrollar cuando se vive en un hogar afectuoso, se trabaja en un entorno moral y se practican los buenos rasgos de carácter de forma automática, como los padres que modelan la cortesía para sus hijos. Los rasgos morales surgen de la genética, la educación y los hábitos. Por ejemplo, algunas personas son instintivamente compasivas mientras que otras deben desarrollar la empatía.

El autor y profesor G. Richard Shell tenía un estudiante de maestría llamado Bill que compartió una experiencia de formación de carácter que aprendió de su padre cuando tenía 10 años de edad. Cuando compitió en una carrera de dos días de carritos hechos en casa, a Bill le fue bien el primer día y esperaba poder ganar. Las reglas prohibían tocar los carritos durante la noche. Bill le dijo a su padre que había oído a otros competidores hablar de hacer ajustes a sus coches y se preguntó si podría lubricar las ruedas del suyo.
Su padre le dijo que si hacía trampa nunca sabría si podría haber salido victorioso siguiendo las reglas. Bill no lo hizo y terminó en un decepcionante tercer puesto, pero llevó esa lección de juego limpio durante toda su vida.

“Puede domar incluso los miedos mortales si adquiere hábitos basados en la situación que le permitan funcionar cuando se sienta amenazado.”

El buen carácter debe ser coherente en el hogar y en la oficina. Requiere un esfuerzo concertado porque la tentación de abandonar sus principios aumenta a medida que gana prestigio e influencia. Por ejemplo, Ken Lay, de Enron, y Bernie Ebbers, de WorldCom, aparentemente llevaban una vida ejemplar en casa mientras diseñaban fraudes colosales en el trabajo.

5. Canalice las fortalezas de su personalidad – El autoconocimiento le prepara para afrontar los conflictos.

La personalidad es una combinación de crianza, es decir, las experiencias sociales que lo forman, y naturaleza, o los rasgos que hereda. Aunque la personalidad dicta su comportamiento general, puede superar cualquier instinto negativo. Los trabajadores que dan prioridad a las fechas de entrega pueden tomarse tiempo libre; en cambio, los procrastinadores cumplen un plazo cuando les importa lo suficiente.

“La obligación de informar a veces coloca a las personas en la incómoda posición de elegir entre los amigos y las responsabilidades profesionales.”

Reconocer sus fortalezas y sus defectos personales puede ayudarle a enfrentarse a situaciones de presión que amenazan sus valores.

6. Aproveche el poder de dos – Encuentre un aliado para reforzar su determinación.

Al ser la única mujer en su equipo, Caroline toleró los comentarios inapropiados de sus colegas masculinos sobre la forma de vestir de ciertas mujeres. Cuando los comentarios se volvieron sexualmente gráficos, se sintió enfadada y moralmente violada, pero no dijo nada. Admitió haber lamentado su reticencia cuando compartió su historia con la clase de Shell. Al no tener apoyo en ese momento, Caroline no pudo reunir la fuerza necesaria para defenderse.

“La decisión más importante que tomará sobre valores en su vida profesional … es elegir las organizaciones a las que se unirá.”

Enfrentarse al sexismo o a cualquier problema que agreda su sensibilidad moral es más manejable cuando tiene aliados que refuerzan sus convicciones, guardan sus confidencias, aclaran sus opciones y le ayudan a mantener la calma. La presión de los compañeros es poderosa. Un experimento mostró que un disidente solitario en un grupo suele ceder ante la mayoría, a pesar de saber que el grupo está equivocado. A veces puede necesitar la perspectiva lúcida de alguien de fuera.

Desconfíe de las normas morales de su lugar de trabajo, ya que puede encontrarse adoptando sutilmente una filosofía ética que normalmente rechazaría.

7. Haga cuatro preguntas – Encuentre respuestas a los dilemas morales.

Es necesario un enfoque racional para afrontar los dilemas éticos difíciles.

“Una cosa es tener valores y otra es encontrar la valentía y la habilidad para luchar por ellos.”

Es posible que responder a las siguientes cuatro preguntas básicas no resuelva sus dificultades, pero le proporcionará claridad y le ayudará a actuar con responsabilidad:

1. ¿Qué puede ocurrir? – Evaluar las consecuencias suele ser la reflexión más crítica. ¿Quién será afectado por las consecuencias? ¿Cuáles son las probables ramificaciones? ¿Puede tomar una decisión que minimice el daño a individuos y a la empresa?

2. ¿Quién merece su lealtad? – ¿Está obligado a apoyar a determinadas personas o a su empresa? ¿Esas lealtades lo acercan o lo alejan de sus valores fundamentales?

3. ¿Comprende sus razones? – Tendrá que vivir con su decisión, por lo que debe asegúrese de que se alinea con su código moral. Piense: ¿cómo puede afectar esa acción a su identidad social?

4. ¿Sostiene sus principios? – Algunas personas se niegan a doblegar sus valores. ¿Está preparado para adoptar una postura firme cuando los principios, la compasión y la justicia penden de un hilo?

8. Involucre al responsable de la toma de decisiones – Las estrategias eficaces le ayudan a tratar los temas delicados.

Las estrategias de comunicación probadas son especialmente benéficas cuando trata con compañeros de trabajo o supervisores más poderosos. Tenga confianza en sus motivos antes de iniciar una conversación. Un compromiso inquebrantable con sus valores reducirá su ansiedad y moderará sus reacciones emocionales.

“Su credibilidad general depende, en última instancia, de la percepción que su público tenga de usted, no de cómo se vea sí mismo.”

Cuando trate con los tomadores de decisiones que tienen el poder de actuar en función de sus recomendaciones, necesita tener credibilidad o no lo tomarán en serio. Sea consciente de que sus conocimientos y su experiencia influyen en la opinión que la gente tiene de usted. Conozca de antemano el enfoque de la otra persona y demuestre empatía y comprensión hacia su postura.

9. Hágalos responsables – Explore sus opciones para apelar a una autoridad superior.

Si un tomador de decisiones desestima su argumento, puede dirigirse a alguien de mayor rango, pero proceda con cautela; a los jefes no les gusta que pase por encima de ellos. Pida permiso primero.

“Hay mucho que decir en cuanto a la medición del éxito de su carrera en términos de integridad profesional en lugar de la longevidad con un solo empleador.”

Si carece de poder para llevar un asunto cuestionable a los superiores, averigüe si una persona más influyente asumirá su causa. Si no puede lograr una solución, presente una queja interna o ejerza presión haciendo público el asunto, pero considere primero todas las posibles ramificaciones.

10. Elija liderar – Elévese a sí mismo y a quienes lo rodean.

Llevar una vida basada en valores puede ser contagioso. La gente toma ejemplo de quienes están firmemente arraigados en principios morales. No necesita un título o un gran cargo para poner el ejemplo; su presencia sirve de recordatorio constante de lo que es posible.

Conclusiones y lecciones aprendidas

Muchas empresas estadounidenses tienen dificultades en cuanto a la ética y la integridad. Para hacer negocios de forma correcta, siga 10 reglas.
• 1. Afronte el conflicto – Para encontrar soluciones debe identificar los problemas.
• 2. Comprométase con sus valores – Se necesita coraje para dar la cara.
• 3. Conozca a su enemigo – Prepárese con antelación para los desafíos éticos.
• 4. Invoque su carácter – Actúe con valor a pesar de cualquier recelo.
• 5. Canalice las fortalezas de su personalidad – El autoconocimiento le prepara para afrontar los conflictos.
• 6. Aproveche el poder de dos – Encuentre un aliado para reforzar su determinación.
• 7. Haga cuatro preguntas – Encuentre respuestas a los dilemas morales.
• 8. Involucre al responsable de la toma de decisiones – Las estrategias eficaces le ayudan a tratar los temas delicados.
• 9. Hágalos responsables – Explore sus opciones para apelar a una autoridad superior.
• 10. Elija liderar – Elévese a sí mismo y a quienes lo rodean.

Sobre el autor/a o autores

G. Richard Shell es presidente del Departamento de Estudios Jurídicos y Ética Empresarial de la Escuela Wharton.