Los 9 secretos de la gente exitosa

Los 9 secretos de la gente exitosa

Es común pensar que el éxito está asociado a una habilidad innata. Sin embargo, se ha demostrado que las personas no son exitosas por lo que son, sino por lo que hacen. Existen estrategias simples y claras para poder establecer y cumplir con los objetivos propuestos. En esta reveladora obra, la investigadora y directora asociada del Motivation Science Center de la Universidad de Columbia, Heidi Grant Halvorson, enseña las estrategias para definir sus metas y alcanzarlas en el camino al éxito.

El éxito se explica a través de las acciones. Puede alcanzarse mediante los nueve secretos de toda persona exitosa.

Muchas personas desconocen las razones del éxito. Contrariamente a lo que muchos creen, numerosas investigaciones han comprobado que las personas logran cumplir con sus objetivos por lo que hacen,
y no por lo que son. Tales acciones, a veces incluso puestas en práctica de manera inconsciente por la gente exitosa, pueden describirse a través de nueve estrategias claras y fácilmente aplicables que mejoran significativamente el rendimiento.

Primer secreto: establezca objetivos claros y concretos.

Un objetivo mal definido o poco preciso dará lugar a la falla en aquellos momentos de cansancio o falta de motivación. No solo es importante definir un objetivo concreto sino también visualizar qué es lo que se necesita para lograrlo y cuáles son las adversidades que pueden surgir. A través de este ejercicio mental usted aumentará su claridad, organización y motivación, y se enfocará en la acción.

“Innumerables estudios han demostrado que ser específico es uno de los pasos determinantes (pero ignorados) para cumplir cualquier objetivo.”

Escriba sus objetivos incluyendo los beneficios de cumplirlos y una o dos adversidades que puedan presentarse en el camino hacia ellos. Pregúntese por qué esas adversidades podrían llegar a atentar contra los objetivos propuestos.

Segundo secreto: planifique cada uno de sus objetivos.

La planificación le permitirá saber con precisión no solo qué es lo que debe hacer, sino también cuándo y dónde hacerlo. Por ejemplo, establecer un día y un horario específicos para una determinada acción lo enfocará solo en cumplirla.
En todo objetivo, la planificación es un aspecto fundamental que aumentará las posibilidades de éxito. Tenga en cuenta que existirán distracciones cuando llegue el momento de hacer lo planeado. Por eso también es necesario planificar cómo serán gestionadas. Es decir, qué es lo que hará para controlarlas y seguir adelante con lo planificado.
Escriba su planificación detallando con precisión una acción (qué, cuándo y dónde), y no olvide incluir cómo manejará alguna distracción o contratiempo que pueda aparecer.

Tercer secreto: evalúe su progreso y enfóquese en lo que queda para cumplir con su objetivo.

El desconocimiento absoluto de la manera en que recorre el camino al objetivo, o bien del lugar en el que se encuentra dentro del mismo, lo llevará a la desmotivación. No es posible la motivación sin la evaluación y la retroalimentación. Establezca periodos de evaluación frecuentes. Cuanto menos espaciados sean, más fácil será cumplir exitosamente con lo propuesto. Sin embargo, abusar de estas evaluaciones durante el proceso de aprendizaje podría llegar a desmotivarlo.

Todo proceso de autoevaluación implica enfrentar una realidad que no siempre es la deseada. Es una práctica que requiere fuerza de voluntad y determinación. Considere la ayuda de otra persona para evaluar su proceso. Para determinar en qué punto del mismo se encuentra, existen las siguientes opciones:

• Observar cuánto se ha recorrido – Esta acción disminuye la motivación por la simple razón de que aquello realizado genera satisfacción y permite relajarse.
• Observar cuánto queda por recorrer – Esta acción mantiene la motivación alta y las ganas de seguir progresando.
Enfóquese siempre en cuánto le queda por recorrer. Establezca con qué frecuencia va a medir su progreso y marque las fechas en su agenda. No se fíe de su memoria para hacerlo. Pregúntese cómo va a evaluarse y cuáles serán los parámetros que determinen si la actividad planificada estará bien o mal hecha.

Cuarto secreto: sea optimista pero también realista para poder visualizar el éxito y anticiparse a las adversidades.

Un aspecto fundamental para que usted pueda mantener la motivación es creer en su capacidad, sin por ello restarle importancia a las adversidades que puedan aparecer en el camino. Subestimar las dificultades solo aumentará las posibilidades de fracasar, pero no se trata de dejar el optimismo de lado, ya que existen muchos beneficios de pensar positivamente. Por el contrario, se trata de saber diferenciar entre creer que usted tendrá éxito y creer que dicho éxito le será fácil conseguirlo. Esta es la principal diferencia entre una persona realista y una que no lo es, aun siendo ambas optimistas.

Una persona realista entiende que el éxito llegará solo a través del esfuerzo, la perseverancia y la planificación. El realismo, junto con el optimismo, aumentará sus posibilidades de tener éxito porque lo obligará a enfrentar mentalmente las adversidades, a pensar en cómo gestionarlas y superarlas.

“Muchos de los objetivos que valen la pena requieren tiempo, organización, esfuerzo y perseverancia.”

Sea optimista y también realista. Crea en su capacidad y visualice el éxito, pero también hágalo con las dificultades que deberá superar para alcanzarlo. Pensar en ellas no lo tornarán una persona negativa, sino previsora. Reflexione en cómo superarlas y aumentará sus probabilidades.

Quinto secreto: enfóquese en la mejora y no en la perfección para poder aceptar los errores sin perder la motivación.

Cuando se asume una nueva responsabilidad, es normal sentirse intimidado debido a que puede representar una amenaza o un desafío. La falta de experiencia en un determinado proceso aumenta las probabilidades de falla. Permítase equivocarse si se encuentra en esta situación.

Existen distintas maneras de afrontar una actividad, proceso o tarea:

• Enfocándose en el desempeño – Es decir, ocupándose principalmente de demostrar su conocimiento y habilidad.
• Enfocándose en la mejora – Es decir, enfocándose en el desarrollo del conocimiento y la habilidad que le permitan aprender y dominar algo nuevo.

El problema con el primer enfoque radica en el hecho de que enfrentarse a un proyecto o trabajo desconocidos produce ansiedad, y si usted adopta una posición de demostrar lo que sabe hacer, es muy probable que ese sentimiento le juegue en contra y lo convierta en alguien menos productivo.

“Cualquier habilidad es maleable; y aceptar que puedes aprender y cambiar te permitirá tomar mejores decisiones y lograr tu máximo potencial.”

Si se enfoca en mejorar y asume que puede equivocarse en el proceso, no perderá la motivación a pesar de las dificultades y tendrá un mayor compromiso con su trabajo. Ser consciente de su curva de aprendizaje le permitirá recorrerla con la motivación alta, evitando la ansiedad y la búsqueda de la perfección. En caso de necesitar ayuda durante el comienzo, no dude en hacerlo. La gente entenderá en qué etapa se encuentra.

Sexto secreto: anímese a desarrollar sus habilidades a través de la práctica y la repetición.

Anímese a comprometerse con un objetivo, independientemente del tiempo que le lleve y de las dificultades que puedan surgir en el camino. Comprender que el éxito se alcanza con esfuerzo, planificación y constancia le ayudará a ser valiente.

Existen dos planteamientos teóricos sobre la naturaleza de las habilidades:
1. Habilidad basada en la genética – Donde el grado de la capacidad de cada persona es limitado. Este planteamiento es incorrecto, ya que las habilidades no funcionan de esta manera.
2. Habilidad basada en el desarrollo – Donde toda habilidad puede ser incrementada a partir del esfuerzo y la práctica.

Para desarrollar una habilidad solo es necesario animarse a ello mediante la práctica y la repetición. Ese valor representa el compromiso y la constancia que usted necesita para lograr un objetivo. Aquellas personas que creen que la habilidad es innata y no puede desarrollarse, suelen rendirse ante el primer obstáculo y prefieren no animarse a seguir intentándolo, reforzando así su equivocada creencia

“Cambiar siempre es posible y la ciencia es rotunda al respecto: no hay ninguna habilidad que no pueda desarrollarse o mejorar con la experiencia.”

En cambio, aquellas personas que entienden que las habilidades sí pueden desarrollarse, se animan a enfrentar los problemas y analizan de qué manera pueden controlarlos para seguir adelante con su objetivo.

Séptimo secreto: entrene su fuerza de voluntad y su autocontrol.

La fuerza de voluntad y el autocontrol pueden debilitarse si no se los entrena regularmente. Para evitarlo, propóngase hacer alguna actividad que le requiera fuerza de voluntad y termínela sin abandonarla. Así estará mejor preparado para asumir nuevos desafíos.
La fuerza de voluntad también puede agotarse tal como nuestros músculos. Por lo tanto, no dar lugar al descanso entre las actividades que requieran de ella podría hacer muy difícil resistirse a las tentaciones. En caso de no poder recurrir al descanso busque estímulos motivantes y saludables como escuchar música, ver algún video, hablar con un amigo, o bien pensar en alguna situación agradable.
Ejemplos de actividades que requieran autocontrol y fuerza de voluntad pueden estar en tareas cotidianas como la actividad física o un plan de alimentación. Cualquier actividad que esté relacionada con superar un deseo impulsivo será apta para desarrollar esta práctica. Elija alguna de ellas, o bien evite algún hábito no saludable y entrene su autocontrol, sin olvidarse de descansar periódicamente.

Octavo secreto: evite afrontar dos objetivos a la vez.

No se sobrecargue de actividades que pongan a prueba su fuerza de voluntad. Recuerde que la capacidad de autocontrol es limitada, se agota y necesita reponerse con descanso. Las personas exitosas entienden que no es recomendable ponerse a prueba más de la cuenta. Mientras que, por otro lado, la mayoría de las personas creen ser capaces de poder hacer frente a muchas situaciones simultáneas en las que su fuerza de voluntad se pone a prueba, exponiéndose a riesgos innecesarios.

“Resistirse a las tentaciones es la clave para alcanzar los objetivos marcados.”

Recuerde que en momentos estresantes, como pueden ser aquellos donde esté enfrentando muchas cosas a la vez, es cuando más débil se encontrará y más precisará del descanso. En esos casos será importante que recurra a la planificación que hizo antes de empezar con las actividades. De esa forma disminuirá el margen de error. No sobreestime su capacidad de autocontrol. Siempre es más recomendable evitar una tentación por completo que sucumbir parcialmente ante ella.

Noveno secreto: planifique actividades estimulantes que sustituyan aquellas otras que desee cambiar.

Es común que las personas centren su atención en lo que no deben hacer, sin pensar en con qué actividad reemplazarán ese espacio. Deben considerar no solo evitar conductas negativas o malos hábitos, sino también actividades beneficiosas. Pensar en no poder hacer algo puede generar el deseo de hacerlo. En cambio, es mejor pensar en qué harán como reemplazo. Una vez elegida la actividad, es importante planificar.

Existen tres tipos de planificación:
1. Sustitución: Implica reemplazar una conducta negativa por otra positiva, siendo la más eficaz.
2. Ignorancia: Implica ignorar estímulos, es decir, enfocarse en rechazar pensamientos y sentimientos que atenten contra el plan.
3. Negación Implica definir qué acciones evitar en el futuro para prevenir una conducta determinada, siendo la menos eficaz y la más peligrosa, ya que puede llevar a las personas a continuar con la conducta que intentaban evitar.

No se enfoquen solo en las conductas a evitar para alcanzar el éxito. Busquen actividades motivadoras para sustituir aquellas que desean evitar durante la planificación.

El éxito no viene dado, sino que se construye.

Recuerde que el éxito no tiene nada que ver con una cualidad innata o su nivel de inteligencia, sino que se construye a través de la definición de objetivos claros, su planificación y su puesta en práctica.

“Tener éxito no consiste en ganar un premio en la lotería del ADN, sino en alcanzar tus metas.”

Las personas de éxito suelen adoptar estrategias apropiadas y llevarlas a cabo con constancia, confiando en sus posibilidades y enfocándose en su progreso. Además, son conscientes de las adversidades y se preparan mentalmente a enfrentarlas sin por ello exponerse a situaciones de vulnerabilidad innecesarias. Usted puede adoptar estas mismas estrategias para cumplir con sus objetivos.

Conclusiones y lecciones aprendidas

• El éxito se explica a través de las acciones. Puede alcanzarse mediante los nueve secretos de toda persona exitosa.
• Primer secreto: establezca objetivos claros y concretos.
• Segundo secreto: planifique cada uno de sus objetivos.
• Tercer secreto: evalúe su progreso y enfóquese en lo que queda para cumplir con su objetivo.
• Cuarto secreto: sea optimista pero también realista para poder visualizar el éxito y anticiparse a las adversidades.
• Quinto secreto: enfóquese en la mejora y no en la perfección para poder aceptar los errores sin perder la motivación.
• Sexto secreto: anímese a desarrollar sus habilidades a través de la práctica y la repetición.
• Séptimo secreto: entrene su fuerza de voluntad y su autocontrol.
• Octavo secreto: evite afrontar dos objetivos a la vez.
• Noveno secreto: planifique actividades estimulantes que sustituyan aquellas otras que desee cambiar.
• El éxito no viene dado, sino que se construye.

Sobre el autor/a o autores

Heidi Grant Halvorson es investigadora, escritora y oradora especializada en psicología, liderazgo y motivación. Es directora asociada del Motivation Science Center de la Universidad de Columbia.